Hoy día 8 de Marzo del 2011 es el día internacional de la mujer. La primera vez se celebró en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza (fue el día 19 de Marzo) en el año 1911, es decir, este año es el centésimo aniversario del día internacional de la Mujer trabajadora.

He estado leyendo sobre este tema y me ha llevado a pensar sobre la igualdad de la mujer y el hombre en la actualidad.

¿Realmente la mujer y el hombre son iguales en esta sociedad? (Cuando digo iguales me refiero a derechos y obligaciones).

Es una pena, pero la respuesta, según mi opinión es NO. Es un no, porque por mucho que nos esforcemos tendrá que pasar tiempo hasta que haya una total igualdad. Desde mi punto de vista tienen que dejarse atrás temas que, para mi gusto, son demasiado radicales o anticuados: religión, tradiciones, tópicos…

Me parece increíble que hoy en día en pleno siglo XXI sigan existiendo cerdos (porque no se merecen otro nombre) que maltraten a sus mujeres. Es evidente que la mayoría de los hombres tienen más fuerza que las mujeres, pero por el contrario ellas tienen más flexibilidad que nosotros. Pero no es de las cualidades físicas de lo que quiero hablar, sino de las cualidades como persona. Ante eso si que somos iguales. Todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones. Y las mujeres son igual de capaces o más que los hombres.

Las necesitamos para seguir existiendo. Una mujer no es una simple máquina de hacer niños, de fregar, de cocinar… no, es mucho más. Es lo que nos complementa. Es lo que nos falta para sentirnos completos. Es nuestra mitad. Es el sexo que completa la especie humana. Es una igual.

Podría seguir elogiando cualidades de la mujer, pero me llevaría mucho tiempo y no quiero hacer un blog demasiado extenso.

Quiero acabar haciendo un llamamiento a los hombres: unámonos con ellas en las manifestaciones por la igualdad de la mujer, dejemos atrás estupideces retrógradas y dejémonos sorprender por la capacidad que tienen las mujeres. O que pasa, que exteriormente mucho “Sí, sí, igualdad, igualdad” pero por dentro pensamos, “¿Las mujeres? A la cocina”. Pues si vamos así, apaga y vámonos. Yo creo que los hombres que piensan así son hombres acoquinados por la idea de que una mujer sea más que ellos. ¿Y qué si es así? Ese desagrado ante el hecho de que una mujer nos supere debería llevarnos a superarnos a nosotros mismos y de verdad, que el mundo iría mucho mejor.

“Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” y yo añadiría, detrás de una gran mujer hay un gran hombre. Porque hoy va de eso, de igualdad.

No me gustan los chistes machistas.